Este es el comunicado que han mandado a los medios de comunicación:
Desde que se fundó la peña Zona Pimentonera hace casi quince años, nos ha gustado más animar que hablar. Por eso, de entrada, ya lamentamos tener que escribir este comunicado.
El pasado día 27 de marzo hubo personas en el Palacio de los Deportes de Murcia que, libremente, decidieron expresar su malestar hacia la gestión del actual entrenador del Polaris World CB Murcia, Manuel Hussein. Algunas de ellas forman parte de nuestra peña, y otras, como por ejemplo las que enseñaron los carteles e iniciaron la protesta, no pertenecen a la misma. El que quiera pensar que nosotros hemos promovido esas protestas está en su derecho, pero debe ser consciente de que su pensamiento es una hipótesis sin ninguna base. Ahora bien, el que además de pensarlo tiene la osadía de hacerlo público ante un micrófono, solo está faltando a la verdad de manera alarmante . Así mismo, decir que aquellos que expresan una opinión libremente, por el mero hecho de hacerlo, están desquiciados o manipulados, es faltar al respeto a esas personas.
Una norma básica, una sana actitud que no debería faltar en la filosofía de bolsillo de toda persona –casi más en la de un periodista-, es la de estar medianamente informado antes de hablar sobre un tema. Para decir que la Zona Pimentonera ha orquestado un movimiento de protesta contra el entrenador o los jugadores del Polaris World CB Murcia, antes hay que saber que nunca, nunca jamás, esta peña ha emitido una opinión de manera oficial, ni ha obligado a ninguno de sus miembros a hacer o decir nada contra su voluntad, más allá de invitarles a corear el nombre del equipo a ritmo de tambor durante los partidos. Nuestra organización casi no llega a serlo, en el sentido de que para formar parte de ella no se pide nada salvo el pago de la cuota. Tampoco se imponen más normas que la no violencia, la deportividad y la pasión por el baloncesto. Se podría decir que esto último es lo único que tienen en común todos y cada uno de los miembros de la Zona Pimentonera
De conspiraciones judeo-masónicas y de falta de libertad de expresión ya hubo un largo periodo en nuestra historia, y nos cuesta creer que hoy, en Murcia, en el mundo del baloncesto que tanto nos apasiona, cualquier aficionado no pueda hacer uso de su propio criterio y expresar sus opiniones como y cuando mejor le parezca, siempre que lo haga de manera pacífica y sin faltar al respeto a nadie. Que un aficionado que dice lo que piensa se le menosprecie desde los medios, es una muestra del espíritu bananero y caciquil que por desgracia aún se cuece en nuestra tierra. En fin, resulta curioso ver cómo algunos de los que ahora difaman y cuestionan la inteligencia y el libre pensamiento del aficionado murciano para criticar al entrenador de su equipo de baloncesto, hace unas semanas legitimaran y dieran un megáfono a las quejas de aquellos aficionados del Real Murcia que querían mandar al señor Lucas Alcaraz a la cola del paro. Como bien se ha dicho en los últimos días, hay que tener criterio. Criterio, señores. Criterio y veracidad, algo que por desgracia hemos echado en falta durante muchos años en la prensa, en cuanto a hablar de baloncesto se refiere.
En estos casi quince años, lo que más hemos hecho desde la Zona Pimentonera es animar al Club Baloncesto Murcia. Por encima de la categoría o de la clasificación del equipo, por encima de juntas directivas, de empresas patrocinadoras, de jugadores o de entrenadores. Animar sin descanso y hacer kilómetros detrás de este club, por pasión y derrochando ilusión. Sabemos perfectamente lo que es no tener ACB y lo que es tenerla. Valoramos eso y valoramos más cosas: el esfuerzo, la ambición… y más: no acabamos de llegar al baloncesto. Hemos visto muchos partidos y tenemos el conocimiento suficiente como para poder pensar libremente sobre nuestro equipo. Nunca como peña, pero sí cada uno en su fuero interno, tenemos nuestra opinión sobre lo que va bien, mal o regular en el Polaris World CB Murcia, nuestro club de toda la vida. Cada uno de nosotros, como aficionado y persona libre, la expresará cuando y como quiera, con los límites éticos a los que ya hemos hecho referencia anteriormente: sin violencia y desde el respeto. Lo demás es bagatela y palabrería.
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